De soldador al escenario en Yo Soy: la historia del imitador de Vicente Fernández
Tras más de una década intentando ingresar al programa, el imitador arequipeño Jhonny Arapa finalmente cumple su sueño en Yo Soy y nos cuenta más sobre su vida más allá del exitoso reality.
La historia de Jhonny Arapa, imitador arequipeño de Vicente Fernández en Yo Soy, es una prueba de que los sueños pueden tardar, pero llegan. Tras una vida dedicada al trabajo como mecánico soldador y más de una década insistiendo para ingresar al programa, hoy Jhonny pisa el escenario con orgullo, disciplina y un amor profundo por la música mexicana. Con un radical cambio de look, sacrificio personal y un carisma que conecta con el público, su participación se ha convertido en una de las más comentadas de la temporada.
¿Cómo vas viviendo la experiencia de Yo Soy hasta el momento?
Es una experiencia muy bonita. Junto con mis compañeros, todos son muy buenos. La Miss, los profesores, todos son muy buenos y muy pacienciosos conmigo, teniendo paciencia por los gritos que a veces damos.
Mencionaste que eres de Arequipa, de Sachaca. Cuéntanos un poco sobre tus orígenes.
Yo nací en Yanahuara, pero crecí en Sachaca, un pueblito muy bonito donde se masca el rocoto como si fuese lechuga y donde un vasito de chicha mejora todo. Hay muchas picanterías donde puedes pedir rocoto, pastel de papa, chicharrón. Igual que en Characato, Yanahuara y Cayma; todos lugares muy bonitos de Arequipa.
¿A qué te dedicabas antes de ingresar al mundo de la música?
Soy mecánico soldador de profesión y cantante ranchero por convicción. Empecé hace unos 16 o 18 años. En la empresa donde trabajaba me ponía audífonos para escuchar rancheras porque no daban EPP. Un día hubo un apagón y seguí cantando sin darme cuenta. Cuando volteé, había seis o siete personas, incluido mi jefe, que luego me invitó a cantar en una festividad. Ahí comenzaron mis primeras presentaciones y dos agrupaciones me ofrecieron trabajar con ellos. Desde entonces todos me llamaban “Negrete”.
¿Cómo nació tu gusto por la música ranchera?
Nació alrededor de 1985. Mi mamá, que es de Juliaca, ponía mucha música: ranchera, salsa, rock, balada. Pero a mí me encantaban las rancheras, especialmente Malagueña de Miguel Aceves Mejía, Pedro Infante, Jorge Negrete y Vicente Fernández. Desde pequeño esas canciones me marcaron y hoy me permiten trabajar en lo que amo y sostener a mi familia.
¿Cómo te enteraste del casting de Yo Soy? ¿Quién te animó a participar?
Esta es mi tercera vez intentando. La primera fue hace unos 15 años, imitando a Pedro Infante, pero no pasé. La segunda vez fue en Arequipa, canté Celos aunque no era mi pista. Pasé a una ronda más, pero luego elegí otra canción y no me fue bien.
Ahora, diez años después, regresó Yo Soy y dije: “Es todo o nada”. Me teñí el cabello, me hice cejas, bigote… quemé todas mis naves. Y esta vez lo logré.
Cuéntanos más sobre tu cambio de look…
Ese no es mi look diario. Tengo 41 años y mi cabello está bien. El casting fue un viernes: recogí a mi hijo, me fui a teñir a las 2 pm y terminé a las 7 u 8 con la cabeza adolorida y el color mal. Al día siguiente estaba amarillo, parecía Gokú. Volví y les pedí que lo dejaran blanco. Dolió, tardó, pero valió la pena: pude pisar el escenario de Yo Soy.
¿Tomaste en cuenta los comentarios del jurado para tu preparación?
Sí. Don Ricardo me dijo que había un “raspadito”. Como suelo tener hasta tres eventos al día en Arequipa, mis cuerdas a veces llegan cansadas. Pero en el casting no me guardé nada. Ahora, con la guía de la Miss y una canción por día, el raspado ya no está. Las misses tienen mucha paciencia con nosotros.
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¿Cuál es tu nombre artístico en tu tierra?
Primero me decían “Negrete”. Luego mis amigos me pusieron “Egei”, un grito típico del mariachi pero adaptado. Me saludan como ¡Hey! ¡Ra! y me gusta, porque salió del cariño de mis compañeros.
¿Cómo viviste el momento en que pasaron tu casting en televisión?
Todos los días veía el programa, aunque me levantaba a las 4 am y estaba agotado. Un día le dije a mi esposa: “¿Vemos el programa?”. Ella dijo que no creía que saliera. Pero de pronto anunciaron mi historia. Fue muy emocionante. Mi esposa me abrazó y lloró. Fue un momento muy bonito.
¿A quién le dedicas tus presentaciones en Yo Soy?
A mis hijos Estéfano y Caleb, y a mi esposa, que siempre ha confiado en mí. Es mi cómplice en todas mis locuras. También se lo dedico al público, que nos apoya desde sus casas y nos da fuerzas para seguir.
La participación de Jhonny Arapa en Yo Soy no solo demuestra su talento vocal, sino también el poder de la perseverancia. Tres intentos, años de preparación, sacrificio físico y emocional, y un profundo amor por la música mexicana lo han llevado hasta donde está hoy. Con cada presentación, promete dejar el alma en el escenario, honrando a Vicente Fernández, a su familia y a Arequipa, la tierra que vio nacer su sueño.
