El balance de la alimentación consiste en un plato saludable que tenga todos los nutrientes. Es decir, debe contener una mezcla de carbohidratos que pueden ser arroz o papa, con proteína que puede ser carne o huevo, y el resto del plato puede estar compuesto por frutas y vegetales ricos en vitaminas y minerales.
Lo importante es respetar las porciones de cada tipo de comida y que debemos enfocarnos más que en la cantidad, en la calidad, ya que no todos los niños comen igual. Lo importante es que siempre sea balanceado y eso se reflejará en la curva de crecimiento. Un niño bien alimentado recibiendo carbohidratos, proteínas, vitaminas y grasas, se verá reflejado en cómo crece, lo cual, para verificar, se recomienda visitar al pediatra cada 6 meses.