Alejandro, el niño de seis años que esperaba por un corazón en una cama del Instituto Nacional Cardiovascular (Incor) de EsSalud, murió tras permanecer internado por más de cuatro meses a causa de un mal congénito.
Desde que conocieron la gravedad de su enfermedad, los padres trajeron al niño a Lima desde Chiclayo. Hace unas semanas habían iniciado una campaña en busca de un donante de corazón que pueda salvarle la vida al niño. Lamentablemente no resistió más y falleció.
La muerte de Alejandro vuelve a poner sobre el tapete la discusión sobre la donación de órganos en el Perú, donde por cada 2 millones de personas existen menos de dos son donantes.
Los padres de Alejandro optaron por regresar a su ciudad natal, donde le darán el último adiós al pequeño.