Rocío llega al set de Tengo Algo que Decirte totalmente desesperada, pues ya no sabe cómo solucionar el tremendo problema que se ha generado en su hogar. Resulta que su mejor amigo, Jean Pierre, a quien conoce desde hace mucho tiempo e incluso fue su compañero de estudios, se ha convertido en nada más y nada menos que su padrastro.
La joven cuenta que justamente en su época de estudiante, su amigo llegaba constantemente a su casa para realizar trabajos, pero en algunas ocasiones ella demoraba en llegar, por lo que el joven tenía que esperarla. Sin embargo ella nunca imaginó que Ana, su madre, quien tantas veces conversaba con su amigo mientras ella llegaba, terminaría enamorándose de él.
Todo cambió
Un día, ella llegó a su casa y encontró a Jean Pierre besándose con la mujer que le dio la vida y desde ese momento su vida se ha vuelto un infierno, pues quien antes fuera su amigo íntimo ahora asegura tener autoridad sobre ella y planea convertirse en el hombre de la casa, algo que su madre está permitiendo de lo más feliz.