En esta edición de Tengo Algo Que Decirte haremos un experimento social para conocer lo que sucede cuando un clásico emolientero peruano se tiene que enfrentar a una competencia venezolana.
Como se puede ver en las imágenes, este trabajador hombre llegó hasta las playas de la Costa Verde con su puesto de emolientes para tratar de calentar a los bañistas, lamentablemente no consiguió ni una sola venta por estar ofreciendo una bebida que no es acorde a la temporada.
Lo curioso de todo esto es que cuando las lindas señoritas venezolanas se propusieron vender en mismo producto en la misma zona, todo fue muy diferente. Las ciudadanas extranjeras consiguieron vender todos sus productos, armando grandes colas de bañistas que pedían su rico emoliente. Mira todo lo que pasó en este interesante video.