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Una historia ha dado la vuelta al mundo por su singularidad. Se trata del intrépido viaje que emprendió Rachel Wynn, una mujer de 32 años que asistió a un bautizo en Manchester, Inglaterra. Sin embargo, nunca pensó que amanecería muy lejos de ese lugar.

 

Luego de tomar unas cuantas copas de vino, perdió cualquier rastro de inhibición para finalmente despertar en las playas de Ibiza, en España. Tras hacerse viral su historia confesar a Manchester Evening News, que no suele hacer locuras, pero que el alcohol le jugó una mala pasada.

 

Rachel estaba en el bautizo cuando recibió un mensaje de unos amigos que estaban celebrando en Ibiza. Ella, ya alcoholizada, no dudó en aceptar la invitación y se fue directo a las playas de Ibiza. “También era el cumpleaños de mi amigo y fui a su casa tras la celebración. Mis amigos ya estaban en Ibiza y me ofrecieron ir hasta allí, así que lo hice”, indicó.

 

 

Ella también comentó que recién al sentarse en los asientos del avión se dio cuenta de lo que estaba haciendo, pero ya era tarde: el avión ya había partido. Así llegó a Ibiza, en España, con un traje de bautizo, su pasaporte y su tarjeta de crédito.

 

Si bien intentó volver de inmediato, no encontró ningún vuelo disponible hasta después de dos días, por lo que faltó a su trabajo. Ella le explicó lo ocurrido a su jefe, quien la repdendió, pero no la despidió.