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Esta enfermedad no solo causa estragos en la salud del paciente sino también una afectación emocional y psicológica, más aún en esta etapa de pandemia.

 

La crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ha generado una emergencia en la enfermedad del cáncer que afecta directamente a los pacientes. La escasa información de cómo ha vivido la población con cáncer esta crisis y el confinamiento hace que sean de máximo interés pues permitirá así identificar qué tipo de intervención psicológica requiere esta población.

 

“Se ha identificado que las personas que han sido diagnosticadas con cáncer hace más de un año presentan niveles de malestar más bajos que aquellos que han sido recientemente diagnosticados”, señala Marianela Sánchez, psicooncóloga de Oncosalud.

 

La especialista refiere que esto se debe al efecto de la incertidumbre ya que el paciente piensa que no está haciendo nada para combatir la enfermedad y se genera miedo y frustración.

 

Además, cabe resaltar que los niveles altos de estrés como los que provoca la situación de la COVID-19, puede generar que los pacientes sean más susceptibles de contraer infecciones virales, dolores de cabeza, problemas para dormir, depresión y ansiedad.

 

Apoyo y trabajo en equipo con la familia

 

La especialista de Oncosalud indica que se debe formar un equipo terapéutico integrado por el especialista y la familia, porque durante el tratamiento contra el cáncer se presentan retos y cambios que pueden algunas veces unir o dividir a las familias.

 

El apoyo que brinda la familia y su participación con el equipo de salud es de vital importancia en todo el proceso de atención al paciente, y más aún en un momento como el actual.

 

Los problemas emocionales como (ansiedad, depresión, irritabilidad, dejadez, entre otros) y/o problemas familiares (distanciamiento, falta de comunicación, miedo a la incertidumbre, etc.), pueden influir de manera negativa en la adaptación de las exigencias que la enfermedad y los tratamientos suponen. El reto de la familia será mantenerse unida a través de la comunicación, el apoyo conjunto y sobre todo el amor.

 

Consejos

 

La familia debe escuchar siempre al paciente hasta que termine de expresar cómo se siente, aunque lo que diga pueda generarles ansiedad e impotencia, el objetivo es que el paciente sepa que es escuchado y que es importante su opinión dentro del núcleo familiar.

 

Tanto el paciente como la familia tienen que ser conscientes de sus propios recursos para resolver los problemas y controlar las emociones ante las adversidades, teniendo en cuenta siempre la importancia de autocuidarse.

 

Finalmente, aconseja que el paciente mantenga un diálogo permanente con la familia y los amigos haciendo uso de los recursos virtuales.