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Desde hace tres décadas varios países apuestan por el GNV como el combustible que les proveerá el mejor futuro, con más prosperidad y un ambiente limpio. Sin embargo, en el Perú aún hace falta un mayor impulso para masificar su uso, pese a que tenemos grandes reservas que nos aseguran la independencia energética.

Si bien el primer vehículo a GNV muy probablemente se creó en 1930, su uso recién se masificó a finales del siglo XX con el objetivo de frenar la contaminación ambiental y ser una alternativa económica al petróleo. 

 

Exitosos casos en el exterior

 

De acuerdo a un informe de El Comercio, en China se dio la Primera Acción por Vehículos Limpios en 1999, teniendo como meta que el 10 % de su transporte funcione con GNV, lo que incluía que el 50% de su flota de taxis y buses funcione con este combustible.

 

Debido a ese esfuerzo inicial y otros posteriores, se comprobó que entre el 2014 y 2018, el país asiático redujo en 32 % la concentración de material particulado en su aire. De mantener ese ritmo, China podría aumentar la expectativa de vida de su población en 2.4 años.

 

Algo similar se dio en España, donde desde 1994 la Empresa Municipal de Transportes de Madrid emplea GNV. Hoy el 65 % de su flota de buses funciona con ese combustible.

 

La situación es inmejorable en el país europeo. Para el 2030, el 60 % de su parque automotor funcionará con GNV, con lo que el material particulado de su aire se reducirá en 50 %, de acuerdo a proyecciones del Ministerio de Transición Ecológica.

 

(Imagen: Andina)

 

Un ejemplo más cercano de los beneficios del GNV lo tenemos en Colombia, donde se espera que, con el uso de este combustible en su parque automotor, el 90% del material particulado de su aire disminuya.

En el país norteño, más de 1,600 de sus buses públicos funcionan con este combustible y para este año más de 100 camiones de carga pesada también usarían GNV. Así, el denominado “transporte de carga verde” busca reducir en 30 % las emisiones de dióxido de carbono.

Perú: mucho por hacer

Ya está dicho que en Perú el Gas Natural requiere de un mayor impulso para continuar masificándose. De acuerdo a cifras difundidas por El Comercio, en nuestro país el 93 % del combustible usado se deriva del petróleo. Peor aún: el 54 % del transporte urbano utiliza diésel, el combustible más contaminante.

Por eso, no sorprende que el 70% de la contaminación de Lima se deba a su parque vehicular obsoleto que usa combustibles de muy mala calidad.
Sin embargo, hay esfuerzos dignos de destacar. Por ejemplo, gracias al Metropolitano, el Perú es el único país del mundo que tiene el 100 % de su sistema de autobuses de transporte rápido utilizando Gas Natural.

Asimismo, gracias al uso del Gas Natural no solo en transporte sino en casas, comercios, industrias y generadoras eléctricas, se ha evitado la emisión de más de 88 millones de toneladas de CO2, cantidad que podría ser extraída del medioambiente por 7 mil millones de árboles en un año.
Además, la cantidad de enfermedades respiratorias se redujo de forma considerable, logrando que el Estado se ahorre 37 millones de soles por concepto de gastos hospitalarios y productividad.

 

Además, la cantidad de enfermedades respiratorias se redujo de forma considerable, logrando que el Estado se ahorre 37 millones de soles por concepto de gastos hospitalarios y productividad, de acuerdo a información recogida por un estudio de la consultora A2G.

 

(Imagen: Andina)

 

El objetivo del Perú al 2030 es evitar que las emisiones de CO2 se incrementen en 30% y para lograrlo es imprescindible masificar el uso del GNV.

Algunas acciones concretas a realizar son: exigir cuotas mínimas de vehículos que funcionen con GNV en las futuras concesiones del transporte público, e implementar un ‘pico y placa’ que solo permita el tránsito por las principales vías a los vehículos eco-amigables.