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Un turista descansaba en un complejo turístico ubicado en Fort Lauderdale, en Florida, Estados Unidos, cuando divisó en el mar una cruz de madera de seis metros de alto que flotaba en dirección hacia la playa.

“No podía creer que flotara hacia nuestros pies. Me sentí maravillado, pues algo así sucede una vez en la vida. De haber estado allí diez minutos antes o diez minutos después no hubiera visto la cruz”, expresó Greg Gay, el primero en ver el enorme objeto de madera con restos de pintura blanca y cubierto de crustáceos.

Al notar la cruz entre las olas, él y otros testigos se adentraron al mar y arrastraron el objeto hacia la orilla con ayuda de dos autos todoterreno. Desde ese momento, el objeto se ha convertido en una atracción turística. Además, las fotos y videos se publicaron en las redes sociales, donde se viralizaron.

Si bien su origen es desconocido, algunos consideran que el crucifijo pudo llegar desde Puerto Rico, donde habría formado parte de un templo católico antes de ser expulsado al mar por el huracán María, que azotó ese país en septiembre del 2017.