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La escarapela es uno de los distintivos más usados por los peruanos durante el mes de julio, en conmemoración de las Fiestas Patrias. Desde pequeños, sobre todo en el colegio, nos enseñaron a llevar esta insignia en el lado izquierdo del pecho, por lo cual -habitualmente- se llevaba una de tela o metal.

El uso de la escarapela se remonta al siglo XIX. En 1820, un año antes de que se declare la independencia del Perú, el Ejército patriota la instauró como símbolo. Tiempo después, los civiles la usarían para diferenciarse del Ejército que respaldaba a la corona española.

Historia de la escarapela

Cinco años después, en 1825, el libertador José De San Martín decretó que la escarapela sería uno de los símbolos de la patria en el numeral 5 del Decreto del 25 de febrero, refrendado por el entonces ministro de Hacienda, Hipólito Unanue.

La escarapela compartiría este honor en ese entonces con el escudo nacional, el gran sello del Estado, el estandarte, la bandera y el pabellón. La insignia tomaría los colores blanco y encarnado, diseñados de forma intercalada, para seguir con la secuencia de la bandera nacional.

Por ello, con el paso de los años, la escarapela se convirtió en un distintivo de uso común durante las Fiestas Patrias. Sin embargo, en 1979, el artículo 85 de la Constitución de dicho año estableció que solo la bandera, el escudo y el himno nacional serían los únicos símbolos patrios.

¿Qué significa el uso de la escarapela?

Pese a que en la última Constitución del Perú, que data de 1993, se confirmaría a la bandera, el escudo y el himno nacional como los únicos símbolos patrios, el uso de la escarapela ha perdurado desde su instauración hace casi 200 años.

En la actualidad, los peruanos, desde los más pequeños hasta los adultos, la portan en el lado izquierdo del pecho como forma de expresar su cariño hacia la patria. Por ello, su uso, si bien no es obligatorio, es un reflejo de conmemorar las Fiestas Patrias en el país.