‘Juntos por la llave’, la colecta a favor de niños a la espera de un tratamiento médico

La asociación civil sin fines de lucro Juguete Pendiente inauguró en el mes de julio, Hogar Pendiente, un espacio temporal que acoge a niños y a sus familias a la espera de tratamientos médicos de enfermedades complejas como leucemia, quemaduras o malformaciones congénitas. Desde su apertura, la iniciativa ha sido reconocida por instituciones públicas y privadas, mostrando la importancia de contar con estos espacios.

Para ello, la asociación ha lanzado la colecta nacional Juguete Pendiente 2020, Juntos por la llave, que permitirá recaudar fondos para contar con un local fijo de mayor capacidad y cubrir los gastos operativos. Con este dinero, se podrá brindar un espacio seguro a niños y sus familias, cubriendo necesidades de alimentación, apoyo psicológico, traslados, entre otros.

La colecta se llevará a cabo del 21 de noviembre al 7 de diciembre y espera superar el millón de soles. Para lograrlo, se contará con un programa de voluntariado digital que permita difundir, recaudar y posicionar la campaña. De esta forma, se podrá llegar a una mayor cantidad de donantes y contar con un espacio propio para la atención. La convocatoria de voluntarios iniciará el 19 de octubre y se extenderá hasta el 12 de noviembre. El reclutamiento se dará a través de la plataforma digital PROA.  

Sobre Juguete Pendiente

Es una asociación civil sin fines de lucro, fundada en el 2013, que realiza programas y proyectos sociales de alto impacto para personas y comunidades vulnerables, generando un impacto positivo en su calidad de vida, a través de más de 700 proyectos, programas e iniciativas de voluntariado y responsabilidad social, llegando a 13 regiones del país.

Testimonios de las familias de Hogar Pendiente

Lía Michelle y Ana Lucía

Ana Lucía y Lía son de Sullana, Piura y llegaron a Hogar Pendiente a finales de agosto. 
Lía fue diagnosticada con Leucemia y Ana Lucía tuvo que organizar su casa, dejar a su hija menor con sus abuelos y tomar un vuelo de emergencia a Lima donde médicos del Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja la esperaban para empezar rápidamente con su tratamiento.
Luego de algunos meses y en pleno estado de emergencia ingresó al Hogar para continuar el tratamiento de manera ambulatoria.
Lía ha cambiado nuestros corazones. Ella llegó un día a nuestro hogar en silla de ruedas. Era muy tímida, no quería comer y solo hablaba con su madre. La complejidad de su enfermedad había afectado su autoestima y sus ganas de interactuar con otros. Después de dos meses en el Hogar, el cambio es notorio. Ahora Lía es confiada, habla y juega con todos, le encanta caminar y correr por todos lados. Como dice Ana Lucía, “El Hogar le ha devuelto a Lía su niñez y ganas de jugar”.  
Sabemos que cuando Lía regrese a casa, esa sonrisa la acompañará a donde vaya. 

Geraldine y Silvia

Geraldine fue derivada al Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja con un diagnóstico de leucemia y depresión mayor. Cuando sus padres se enteraron del diagnóstico, decidieron que Silvia, su madre, sería quien la acompañaría en este proceso. Silvia comenta lo orgullosa que está de sus hijos y su esposo. Ahora están muy unidos y a pesar de que ellos están en Trujillo y ellas en Lima sienten el amor de todos. 
Geraldine llegó al hogar con depresión. Sus expresiones, su forma de hablar y su forma de interactuar eran hostiles y ella sólo quería estar metida en su carpa y donde pasaba gran cantidad de horas.
Sin embargo, esto cambió a través de un trabajo perseverante de escucha activa. El arte, la horticultura y el ambiente del Hogar, han ayudado a que Geraldine sea la niña sonriente y amorosa que era antes de su enfermedad. A ella le gusta pintar y el arte la ayuda a sanar por ejemplo, una vez dibujó una flor y nos comentó que al igual que ella, la flor ya no estaba triste sino feliz. Hoy, nuestra querida Geraldine, es la hermana mayor de todos los niños y niñas del Hogar y una inspiración para nosotros. 

Jhaminson

El pequeño Jhaminson vino a visitarnos desde Casma, Ancash, para continuar con su tratamiento médico de forma ambulatoria. Es el menor de tres hermanos. Con tan solo cuatro añitos, llegó al Hogar sin poder caminar. Esto le generaba frustración y, por ello, no quería comer ni participar de ninguna de las actividades ni jugar.
Sin embargo, pronto dejó la carpa y descubrió que la sala creativa era un lugar seguro, donde podía sentirse libre y feliz. Los colores, las témperas y los pinceles llamaron su atención. Mediante el arte, Jhaminson está aprendiendo a expresar y controlar sus emociones. Es una alegría ver que poco a poco está recuperando la movilidad de sus piernas y hoy en día puede ir al Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja en su scooter.

Kassandra y Alondra 

Nuestra pequeña Alondra de San José, Pacasmayo, estuvo separada de su madre por 5 meses recibiendo tratamiento en el del Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja. Llegó al Hogar porque necesitaba continuar de manera ambulatoria con su tratamiento de leucemia, al lado de su madre Kassandra. 
Ambas han trabajado mucho en el fortalecimiento del vínculo madre e hija, el cual se había deteriorado al estar separadas por tanto tiempo. Alondra encontró en el Hogar un espacio seguro, donde volvió a sentirse niña de nuevo. A través del juego, empezó a sanar todas esas complicaciones que su enfermedad llegó a causar en su personalidad y hemos visto una gran evolución ya que llegó siendo súper tímida e introvertida y hoy es sumamente cariñosa, alegre y extrovertida, pero sobre todo recuperó algo muy importante: la conexión con su madre.
Kassandra es una madre increíble y llena de sorpresas. Es calmada, reservada y paciente. Ama los espacios tranquilos, la música y las novelas.
Ambas llegaron para descubrir que pueden superarlo todo y son un gran ejemplo de fortaleza.

Danessa y Kaled

Danessa y Kaled son de Madre de Dios y llegaron al Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja y aún el diagnóstico del pequeño es reservado, sin embargo, cada día es más fuerte y está creciendo feliz.
Danesa nos alegra el día con sus sonrisas y ocurrencias. Está siempre dispuesta a dar y colaborar. Le encanta pintar y, además, ha aprendido a tejer y coser. Es una persona muy creativa y anda pendiente de cada detalle. 
Kaled ama los colores y cuando escucha música no deja de sonreír y mover los pues. Es un bebé feliz, lleno de fuerza y valentía que nos sorprende todos los días.