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A inicios de esta semana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) diagnosticaba que lo peor para la economía global está por llegar. “Muchas personas sentirán el 2023 como una recesión”, advirtió Pierre-Oliver Gourinchas, consejero Económico y director del Departamento de Estudios del FMI.

En efecto, la referida organización valoró que se espera que el crecimiento mundial se desplome al 2,7% el próximo año, con un 25% de probabilidades de que caiga por debajo del 2%. La misma se contrasta con el crecimiento proyectado del 3,2% para este 2022.

Tras lo expuesto, las y los peruanos se preguntan: ¿cómo afecta el contexto económico internacional en el país?

Resulta que más de la mitad de los cambios que sufre nuestro PBI depende de los factores externos; quiere decir, que somos bastante dependientes de lo que pasa en el mundo, dado que somos una economía relativamente pequeña y exportadora de materias primas.

Asimismo, ante este escenario, Paola del Carpio, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo, considera que, pese a la alerta de una posible recesión mundial, esto no significa que el Perú caiga en lo mismo. Sin embargo, se calcula que nuestro crecimiento, probablemente, sea minúsculo.

Exactamente, para el Perú se estima que las tasas de crecimiento sean muy bajas a comparación de otros años, lo cual, según la especialista, nos impide tener empleos de calidad.

En tanto, respecto al tipo de cambio del dólar, la divisa americana ha estado al alza en los últimos días ante la noticia de una posible recesión. Por ello, la ciudadanía comienza a comprar el billete estadounidense, pues lo catalogan como un activo refugio.