Marcó golazo candidato al Puskás y su emotiva historia salió a la luz

La Copa de Paraguay inició con un sorprendente y grato hecho que ha generado el respeto de muchos aficionados al fútbol. Y es que hubo un nombre que destacó por encima de todos, a pesar de haber perdido su primer partido en la competencia, y fue el de Mario Enrique Ricardo, delantero del Cristóbal Colón.

El equipo de la tercera división se enfrentaba en la primera jornada del torneo nada más y nada menos que a Cerro Porteño, uno de los equipos con mayor tradición y calidad del fútbol guaraní. El público presente en el estadio Erico Galeano Segovia de la ciudad de Capiatá se encontraba disfrutando del rendimiento del “Ciclón”, que ganaba por la mínima diferencia con un gol del conocido delantero y ex seleccionado Nelson Haedo Valdez.

Sin embargo, a los 20 minutos del partido, aparecería la figura de Mario Ricardo, quien superó la marca de Hugo Paniagua con un sutil toque por encima de su cabeza e impactó el balón con un potente derechazo antes de que este toque el suelo, clavando la pelota en el ángulo superior derecho de la portería rival, ante la inútil volada del guardameta.

Este sin duda, ha sido uno de los mejores goles que se ha visto en Sudamérica en lo que va del año, llegando incluso a ser voceado como candidato al Premio Puskás de la FIFA. Es por eso que inmediatamente el video del gol se viralizó en las redes sociales, destacando la calidad del futbolista a pesar de pertenecer a un humilde cuadro de tercera división.

Una enternecedora historia

De esta manera, fue imposible que la emotiva historia del delantero saliera a la luz, pues su nombre estaba en boca de todos. Y es que Ricardo perdió un ojo durante la infancia al sufrir un accidente, pero esto no pudo evitar que cumpliera su sueño de jugar al fútbol de manera profesional, aunque por jugar en ese nivel deba desarrollar otras actividades para subsistir.

En la actualidad, ayuda a su madre transportando verduras desde el mercado de la capital paraguaya a la bodega que posee en la localidad de Julián Augusto Saldívar, donde creció junto a su familia.

Pese a la derrota de su equipo, el jugador de 28 años se mostró muy feliz al finalizar el encuentro y deseó lo mejor a sus rivales porque justamente es hincha de Cerro. «Ojalá puedan eliminar al Palmeiras en la Copa Libertadores», manifestó.