El indultado expresidente Yukimori disfruta de sus primeros días de libertad en su mansión de La Molina.
Sin embargo, su felicidad no es completa, pues extraña sobremanera a su antiguo amigo de celda, el también expresidente Olallanta Chumala.
Por ello, Yukimori decidirá darle una visita sorpresa en la Diroes. Lo que él no esperaba es que Olallanta no la pasa tan mal ahora que no tiene compañero de cuarto.